martes, 6 de septiembre de 2022

ANDORRA 2.0 (DIARIO DEL SEGUNDO VIAJE)

Segundo viaje al Principado de Andorra poco más de un año después del primero y es que Andorra es tan pequeñito pero tiene tanto por ver... que, estando tan cerca de Barcelona, aproveché el puente de Santa María de Agosto para continuar descubriéndola en un mini viaje con poco tiempo de relax pero aprovechado al máximo. ¡Os lo cuento!


Salía a mediodía de trabajar aquel sábado (día de mi cumpleaños, por cierto) y con el coche en la misma puerta y maleta ya lista y colocada en el maletero me puse rumbo a Andorra la Vieja sin más esperas. El amigo que me acompañó llevaba la comida preparada y la nevera con algunos refrescos, picoteo e hielo para el viaje y allá que partimos de la ciudad condal hasta parar en un área de descanso pasando el pueblo de Cercs a una hora ya tardía para almorzar. Tras la parada, retomamos el rumbo al país vecino no sin antes apagar la interacción de datos de nuestros teléfonos antes de cruzar la frontera. 
Nuestra primera parada no era el hotel. Este viaje era más corto que el anterior y debíamos aprovechar todo al máximo para ver todo lo que llevábamos en mente. No tardamos mucho en dar con lo que buscábamos, cerca de Sant Julià de Lòria: un jardín particular, poco conocido, nada indicado pero del que nos habían hablado. No dejaba de encontrarse en el camino de nuestro siguiente destino y era tan curioso como pequeño para ver en apenas 20 minutos. Se trata del Jardín de Juberri, situado dentro del pueblo con el mismo nombre: Juberri. Es un rincón en la ladera de la montaña donde el Ayuntamiento de la comarca acordó situar las recreaciones que una vecina (Nicole Grignon) llevaba coleccionando más de diez años junto con otras esculturas de Ángel Calvente. En ese fragmento del bosque y con unas vistas espectaculares del valle puedes disfrutar de las recreaciones en miniatura de famosos monumentos como La Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad... y tanto de animales típicos de la fauna andorrana como de dinosaurios, entre otros muchos más. Además, es un lugar perfecto para estirar las piernas tras el viaje y que los más pequeños disfruten.
Tras ese paréntesis, tocaba seguir subiendo el puerto de montaña hasta llegar a Naturland, famoso parque de aventuras en plena naturaleza, casi de obligatoria visita pero del cual sólo íbamos a disfrutar de una atracción, la más famosa, popular y fascinante de todas: Tobotronc. El resto de atracciones como tirolina, paseos a caballo, camas elásticas, laberinto, circuitos, tiro con arco... cerraban a media tarde pero nosotros ya teníamos entrada para el último pase del tobogán más visitado de Andorra. El tobotronc es un trineo biplaza sujeto a unos railes que suben hasta una cuota de 1600 metros y vuelven a bajar al parque. La subida es automática, solo debes sentarte y disfrutar de las vistas. La bajada es impulsada por la gravedad y, con una palanca que tu mismo manejas puedes frenar el trineo para reducir la velocidad o soltarla para que fluya solo y libre. Es conveniente informarse de clima antes de ir (puesto que depende de ello que sea mas arriesgado el encontrarte con un cierre provisional de la atracción por seguridad). También es necesario reservar entrada antes. Como era verano cuando yo fui, la entrada eran 30€ (sólo el tobotronc, no el resto de atracciones) y te incluía una cena en el Restaurante del parque con una hamburguesa a la parrilla, patatas y bebida para poner la guinda del pastel a la tarde-noche. El último pase te deja ver el atardecer con unas vistas únicas si el clima acompaña. En mi caso, al llegar arriba, comenzó a llover y los monitores nos metieron prisa para bajar antes de que fuese algo más arriesgado. Fue un miedo añadido pero la bajada fue apoteósica y una experiencia muy chula. Os dejo un video de su misma web para haceos una idea de cómo lo disfrutaríais.


Y tras la aventura y aquel manjar, entonces sí que ya nos marchamos al hotel en la misma Andorra la Vieja y descansar largo y tendido para el siguiente día.


Tras desayunar en el buffet, nos pusimos rumbo hacia el Mirador Solar de los Lagos de Tristaina. El mirador se inauguró como tal poco después de mi primera visita a Andorra, por eso era la visita mas esencial en esta ocasión. Se trata de un reloj solar justo en la cima del Pico de Peyreguils. Desde él se ve todo el valle y, especialmente los Lagos de Tristaina. La estructura se sitúa a una altura de 2.700 metros sobre el nivel del mar y tenemos varias opciones para subir tras dejar el coche en el parking gratuito que encontramos abajo pero a una altura ya de 1900 metros de altitud. 
Partimos del principio, unos metros arriba de donde dejamos el vehículo. Esta zona se llama L´HORTELL y está a 1.940 metros. De ahí podemos partir andando, en bicicleta o en telecabina hasta la siguiente zona: LA COMA, a unos 2220 metros de altitud. Si es andando, se tarda aproximadamente una hora en llegar. Y desde este punto (casi a mitad de camino del mirador) tenemos varias rutas senderistas disponibles para realizar. Según la que elijamos, de una u otra duración y dificultad, pero si nos centramos en el mirador nos espera una hora más de camino andando hasta el destino y a eso hay que sumarle la bajada. La siguiente opción es en telesilla, un viaje cómodo de apenas unos 20 minutos del que gozarás de unas vistas impresionantes sea la época del año que sea. Eso sí, lleva ropa de abrigo porque, según el clima, arriba puede hacer simplemente fresco o, en cambio, muuuucho frío y con aire, la sensación térmica es aún peor. Tanto el viaje de Telecabina hasta LA COMA como el de Telesilla hasta el mirador, se pagan abajo en L´HORTELL y cuesta 22€ por persona (subida y bajada). Conviene mirar horarios puesto que según época y clima, la última subida y/o bajada pueden pillarte fuera de juego y fastidiarte la excursión. Yo fui en Agosto y la última subida era a las 15:30h y la última bajada a las 17:15h de la tarde. ¡Ojo con esto!

Las vistas de arriba os las muestro en las siguientes fotos y sobre la experiencia en Telecabina y Telesilla he de decir que (sobretodo esta última) acojona un poco si padeces de vértigo o te impresionan un poco las alturas. Pero tranquilos que si yo, que soy un cagao, lo hice casi sin inmutarme, cualquiera lo hace igual. Además, ¡merece la pena!.

          

Al regresar, camino a Andorra, vimos un rincón con una cascada pequeña junto a la carretera al atravesar El Serrat y nos pareció buena idea estacionar cinco minutos y fotografiarlaMás adelante, sin salirnos de la ruta hasta la capital, otra parada express en Llorts, un pequeñísimo poblado pero con una postal preciosa para algunas fotos. Y antes de comer, rumbo a Anyos hasta gozar, más que de la Iglesia de San Cristóbal la cual no es gran cosa por fuera, sí que lo haríamos de la espectacular panorámica a su alrededor. Su ubicación es privilegiada, ya lo verás si vas a explorarla.

La tarde quedó reservada para descubrir Auvinyà, una pequeña aldea que forma parte de Sant Julià de Lòria y que está, de momento, muy poco explotada. Con casas de piedra, pequeños puentes, soportales, una Iglesia y suelo empedrado. Todo ello en apenas tres calles, concentrado y con aspecto casi semi desierto, aunque no abandonado. Sus edificios se ven de estilo rústico pero, la gran mayoría, reformados. Las plantas se enredan entre las piedras y las calles, como digo, semidesiertas porque aunque viva gente allí, el lugar no está transitado por turistas ni tiene vida comercial, como tal. Es más una pequeña pero hermosísima urbanización que merece mucho la pena visitar, que exploras enseguida y que puede ser el escenario de unas fotos preciosas de recuerdo.
Para dar con ella, debes subir desde Sant Julià de Lòria por la montaña, dirección Auvinyà (la misma que si vas a Naturland o Juberri) y girar a la izquierda justo cuando veas los buzones rojos que te muestro en la foto inferior y que están antes de llegar a la ubicación donde te manda el GPS si pones Auvinyà

         

El día terminó con una merecida cena en Andorra la Vieja. No soy muy de explorar Restaurantes justamente pero caímos en uno de comida mexicana que nos quitó el sentido y es digno de recomendar. Se llama: "La Adelita", situado en Plaça Príncep Benlloch, en pleno centro y casco antiguo de la ciudad. El trato, sus nachos, la presentación... ¡quedamos encantados!.


Últimas horas en Andorra y el paseo por la Avenida Meritxell era de obligatorio cumplimiento. Un café, un recorrido que ya conocíamos de la primera visita y La nobleza del tiempo de Dalí, la famosa obra del artista que no pudimos ver la primera vez que pisamos la ciudad porque la retiraron para reformar el paseo.

Antes de comer y tras gozar el sol de la mañana con un agradable paseo, ya rumbo a la salida del país andorrano y de vuelta a Barcelona, desviamos ruta para conocer Os de Civis (foto de la derecha), un pueblo que nos quedó pendiente también en el pasado y que tiene la peculiaridad de ser un pueblo español, procedente de la comunidad catalana, obvio, pero que para llegar a él, el camino mas accesible es entrando en Andorra. Y entres por donde entres en él, mereció mucho la pena para nuestra sorpresa. Un pueblo pequeño, totalmente empedrado, casi vertical y coronado por su Iglesia. Está lleno de rincones muy bonitos y con la paz que el campo y la plena naturaleza puede regalar. Una hora, mil fotos y 3000 pasos después, ya sí rumbo a casa para una última postal en Bixessarri, atravesando de nuevo Andorra para regresar a España. Lo de siempre: coche mal estacionado, cámara en mano y vistazo rápido a la postal que dejaba ese pueblo a su paso  que enmarqué en mis stories de Instagram.

La vuelta a Barcelona fue tranquila: no había especialmente tráfico, el clima se fue suavizando de nuevo y el aire andorrano nos decía "Hasta pronto". 
¡Así lo haremos!


En Andorra, la nieve es su reclamo principal en invierno por sus numerosas pistas de esquí y paisajes pirenaicos totalmente cubiertos de blanco. En verano, en cambio, uno de sus principales atractivos son las numerosas rutas senderistas en las que te puedes adentrar y descubrir montón de rincones en plena naturaleza. Si tienes tiempo, sumérgete en algunas de ellas pero ahí desconozco qué puedes encontrar y cuales podrían merecer más la pena. Dejo las rutas para otra vuelta al país andorrano aunque ya me prometí a mi mismo que, cuando regrese, el viaje será mas relax que otra cosa. Pero ya se verá hasta entonces...

El resumen (en fotos y vídeos) de todo este viaje y el anterior, lo tienes en la historia destacada de mi Instagram bajo el nombre de ANDORRA. Casi 100 imágenes de dos viajes inolvidables. 

Haz click en este icono para acceder y ver el álbum completo:  


En esta segunda vuelta al país creo que ya vi lo más importante y necesario y conocí otro par de cosas que guardamos en la lista de "pendientes" para el regreso pero que ya intuimos son imprescindibles para exprimir todo lo que da de sí este país tan pequeñajo. Por ello, me veo con el contenido suficiente como para haceos un recopilatorio (más que un diario de viaje) sobre lo más esencial para descubrir Andorra es tu visita. TODO, lo que ya he visto y lo que aún no. 
Muy pronto, os comparto la lista detallada con todo lo que debes saber para conocer el país en lo que podría llevarte unos 5 ó 6 días completos.



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