Corría el gran año de 2017 cuando, mientras cenábamos en un Burguer King, cogió forma la idea de hacer el Camino de Santiago y sin ponerle muchos obstáculos al plan comenzamos a organizar las vacaciones del trabajo, presupuestar el viaje, informarnos de lo necesario y empezar a prepararnos para la aventura.
No me resultó especialmente fácil encontrar la información que necesitaba y alguna experiencia de confianza de alguien en primera mano. Con el paso del tiempo, ahora he encontrado en este rincón la oportunidad de contaos la mía para que desarrolléis el viaje si lo tenéis en mente. Y si aún no se os ha pasado por la cabeza también me he propuesto metéosla con calzador porque va a merecer la pena la experiencia.
No hablamos sólo de un camino cuando nos referimos al Camino de Santiago. Como veis en el siguiente mapa, extraído de una web que mas adelante os voy a recomendar, hay muchos caminos repartidos, ya no sólo por España, sino que también hay otros que parten de Portugal o Francia, por ejemplo. El más popular o conocido es el llamado Camino Francés que (¡Oh, sorpresa!) parte desde Francia, concretamente desde un pueblecito llamado Saint-Jean Pied de Port y, por supuesto, acaba (como todos) en Santiago de Compostela.
Puedes partir desde donde quieras aunque lo que yo recomendaría es acabar en Santiago por lo especial del momento y el recuerdo tan bonito que os vais a llevar de vuestro primer camino. Ojalá sólo sea el primero de muchos.
Personalmente, yo hice el Camino Sanabrés con tres aventureros más y partimos desde Ourense porque teníamos sólo cuatro días y tres noches para acabarlo y desde ese punto hasta Santiago había cuatro etapas programadas. En total, hicimos sobre 120 kilómetros.
Y tranquilo/a, no te vas a perder, el camino está señalizado en todo momento con flechas amarillas o señalizaciones como las de las siguientes imágenes, además de ver a numerosos peregrinos también sumergidos en la excursión como tú. Hay veces que el camino se puede dividir en dos para unirse en otro punto un poco mas adelante. Esto no deja de ser un negocio donde todos intentar aprovechar las circunstancias para que los peregrinos pasen junto a su tienda, hostal o restaurante y picar algo.
NOTA: Existe un documento llamado "Compostela" expedido por la Catedral de Santiago y en el que se certifica que has hecho el camino oficial. Tal documento lo puedes conseguir al llegar a Santiago siempre y cuando cumplas dos requisitos:
- Que desde el punto de partida hasta Santiago hayas recorrido mas de 100 kilómetros a pie o 200 kilómetros en bicicleta.
- Presentando la Credencial de Peregrino debidamente sellada en cada punto del camino (Bares, hostales, albergues...). Esta credencial debes conseguirla antes de emprender la ruta, en mi caso la conseguí en el Palacio del Arzobispado de Badajoz pero en muchas ciudades puedes hacerte con ella o investigar online para conseguirla en unos días. Al menos antes, era gratuita en muchos lugares pero ya sabemos que la Iglesia de donde puede sacar tajada, lo hace. Ahora te puede costar en torno a 2€, un precio insignificante pero que en mi caso, me escuece mucho dárselo a la Iglesia. ¡He dicho!
Como alternativa a la credencial oficial, existe la posibilidad de hacer una "casera" con un libreto pequeño donde puedes ir apuntando anécdotas, impresiones, etc. a modo de diario personal y donde puedes ir detallando tus experiencias con los sellos de los lugares donde vayas parando, al igual que con la Credencial oficial. Como recuerdo, me parece algo precioso y muy personal y especial pero desconozco si te sirve para la recibir la "Compostela". Yo, en mi siguiente camino, optaré por esta opción para guardar un recuerdo mas del viaje. Siempre puedes llevar las dos e ir completándolas de tal forma que obtengas la Compostela y el diario al acabar el camino.
Ya lo habrás oído pero el camino no sólo es andar por andar o caminar, propiamente dicho. El camino posiblemente sea una experiencia única en tu vida y para que sea lo especial que debe ser, hay algunos cabos importantes que debes atar. Por supuesto, como todo, dejamos margen de juego a un porcentaje libre que se deja a la aventura para ver qué nos depara el destino en él y que el factor sorpresa haga de las suyas, pero el itinerario yo creo que debe ir mas o menos bien estudiado y, por supuesto, con los materiales necesarios en la mochila para sacarle todo el partido y comodidades posibles.
El camino es un viaje espiritual, si te abres en canal a él. Da igual si un día sale nublado o con llovizna: relájate, disfruta, conecta con la naturaleza y contigo mismo. Vive cada instante, escucha a ratos tu propia música, a instantes la banda sonora del propio campo y, a momentos, a tus propios sentimientos.
Según el camino que escojas, vas a conocer a gente que aportará algo positivo en tu vida desde ese momento, desconocidos que se harán especiales y no volverás a ver en tu vida aunque siempre recordarás.
Esta experiencia tiene todo lo necesario para curarte. Abre tus heridas y deja que la excursión te las sane y que el destino juegue sus cartas. Tú marcas el ritmo, el tiempo y el número de las paradas que hagas, la música que te acompaña, los fragmentos del camino en los que quieres estar solo, pensar, llorar, reír..., los que quieras rodearte de gente, a su paso, charlando, conociéndoos...
Hay varias "tradiciones" durante la marcha. Los peregrinos o los aldeanos y residentes del lugar suelen lanzar sus mejores deseos a todo aquel con el que se cruzan y tiene una mochila cargando en la espalda. "Buen camino" será la frase que oirás mas de una vez en el trayecto. Y, así de primeras, hay otra que recuerdo aunque no sé ni origen ni significado. Junto a alguna señalización con la típica flecha amarilla que te indica la dirección a seguir, puedes encontrar un pequeño montículo de piedras. Algunos peregrinos van colocando una piedra mas a su paso por la zona, supongo que como auguro de buena suerte o una señal para indicar que alguien, al igual que tú, ha pasado por ahí y está viviendo lo mismo. No dejan de ser costumbres sencillas pero humanas y bonitas que dejan sacar lo mejor de nosotros. Todo eso es obra de lo mismo: el camino.
Pero no te voy a engañar, también es duro. Más adelante contaré mi experiencia para que podáis remendar vosotros los errores que yo cometí y saber a qué ateneos.
E insisto: Puede ser algo único que marque tu vida para siempre. Déjate llevar y lánzate a descubrir lo que esos kilómetros que te separan de Santiago de Compostela, tienen preparado para ti. Y no creas que exagero, después de todo, dicen que el camino empieza cuando llegas a Santiago...
Antes de ahondar en la parte mas importante sobre lo que debes llevar en la mochila, hay un par de páginas webs que van a resultarte indispensables en la planificación y expectativa del camino y que quiero compartir con vosotros:
- La página oficial donde vas a encontrar mucha información útil, orientativa y, sobretodo, fiable. Ojéala por encima para saber cómo funciona mas o menos todo y echa mano de ella si tienes alguna duda.
- Y la web mas completa, a mi juicio, que es esta otra de Eroski donde te detallan cada etapa que componen cada uno de los diferentes caminos oficiales, el itinerario de la ruta completa, los desniveles en el terreno para que te prepares para lo que te espera en los próximos kilómetros y una lista de albergues en cada zona con sus respectivos teléfonos e información necesaria. Todo esto y mil cosas mas sobre la historia que se esconde tras cada camino, experiencias y reseñas personales de la gente y un larguísimo y muy útil etc. Mi recomendación es que esta web, sea vuestra guía principal en la aventura. ¡Echadle un ojo!.
Y repasada la parte más teórica, nos vamos a lo necesario para llevarlo a la práctica: Todo lo que necesitas llevar en la mochila, presupuesto de lo que puede suponerte desarrollar este viaje y mi experiencia como peregrino novato. Todo ello con algunos vídeos que he seleccionado y que creo que os van a resultar muy útiles poner en orden todo la información recibida y conocer donde te vas a meter. Pincha aquí abajo para ir a la parte II, y última, de este artículo.
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