Qué quieres ser de mayor es
sólo una de las muchas preguntas sobre nuestro futuro que nos hacemos desde
pequeños. Igual que el calcular cuántos metros cuadrados debería tener el
jardín de nuestra casa de ensueño, o igual que el ir pensando la raza de
nuestro futuro perro, los nombres de nuestros posibles hijos o simplemente la
inicial de la que será nuestra media naranja. Jugamos a imaginar cómo será
nuestra vida en unos años y lo hacemos como si tuviéramos todo el poder de este
mundo para llevarlo a cabo. Seguro que ya has pensado en como vas a decorar el
salón de tu apartamento o te has parado a imaginar esos desayunos veraniegos de
cualquier fin de semana andando con poca ropa por tu propia casa…
Apuesto a que te ves feliz
en un futuro, sonriente de aquí a un número determinado de años. ¿Puedes
avecinar una vida completa y plena cuando seas un anciano y te pares a repasar
tu vida en el sillón de casa?. Apuesto a que, aunque fuese en este mismo
instante, se te ha pasado por la cabeza la escena.
Pero…
¿Qué pasa si el
destino tiene otros planes para ti? ¿Qué ocurre si la vida no te da una oportunidad
para cumplir esos sueños?
No es mi intención
amargaros lo que os queda de día ni mucho menos pero vamos a ser realistas: no
somos lo eternos que nos pensamos ni conocemos la vuelta que nuestra vida puede
dar mañana mismo.
La vida tiene millones de
cosas dependiendo de la persona que la viva pero para todos es siempre
demasiado corta. Demasiado veloz como para hacer caso a sus radares… Demasiado
fugaz como para sólo pedir deseos. Incluso demasiado escurridiza como para
intentar atraparla y hacerte con su control en algún momento.
Por eso es importante
disfrutar. Hacerlo como quieras, con quien te de la gana. A tu manera siempre y
cuando no hagas daño a nadie. Y hacerlo bien. Sin importar lo que opine todo el
parque cuando lo único que te apetece es hacer el “gamba” en algún columpio...
tengas la edad que tengas. Sin darle importancia a lo que piense tu vecino si
lo que te apetece es poner la música a todo trapo y dar el mayor concierto de
tu vida frente al espejo del baño.
Déjame decirte que ninguno
de esos que hoy te juzgan, seguirán haciéndolo eternamente.
Di las palabrotas que te salgan
de los cojones, la vida es igual de corta hasta para los mas educados. Desahógate,
besa con ganas, siente con fuerza… vive como un auténtico demente todo el
tiempo que puedas.
Porque es mejor morir loco,
que hacerlo cuerdo.
Porque la locura, señores… es la respuesta sana a este mundo enfermo.
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